(Según
Arturo Cardozo, sobre el cauce de un pueblo) Aparece en el año 1620 la Ceiba
que está ubicada a tres kilómetros de orilla del Lago, en el sitio que después
se llamara “El Pueblo “y más tarde El Pueblito”. En 1620 se inician las
plantaciones de cacao en la región de Poco, a cargo de los Padres Jesuita.
La
estancia o casa de la hacienda la CEIBA, estaba ubicada a unos tres mil
metros del margen de la laguna motivada, que en aquellos tiempos los márgenes
de la laguna estaban inundadas a causa del derrame de numerosos ríos y
caños que no tenían desembocadura directa. Por esta razón la casa estancia de
la hacienda se comunicaba por un canal, que conducía a la orilla del lago donde
se encontraban los barcos anclados en ciertas distancias.
Existen
para esta fecha (año 2008) edificaciones antiguas en el lugar donde estaba
ubicada la estancia de la hacienda la Ceiba grande, tal como, la iglesia y el
cementerio. En la comunidad de la Pueblita. Actualmente estas
edificaciones se hallan en total abandono por el Gobierno Nacional, el
Gobierno Regional, y el Gobierno Municipal sin embargo los habitantes de
esta Comunidad se resisten a la perdida de estos bienes inmuebles, que son las
raíces del Municipio la Ceiba, al igual que el Pueblo de Moporo, razones
por las cuales la comunidad realizan operativos de limpiezas de la maleza de
ambas estructuras, y desde luego esperando la intervención de los Organismos
del Estado.
ORIGEN DE LA SEYBA
GRANDE
Sobre
la presencia de los jesuitas en el estado Trujillo hay dos versiones la primera
la establece AMILCAR FOSECA y la segunda la narra el historiador JOSE
DEL REY FAJARDO
Según
Amilcar Fonseca en su obra “Orígenes Trujillanos”. Cuando revela que el cabildo
de Trujillo reunido el 17 de septiembre de 1629, acuerda, por
petición del religioso de la compañía de Jesús, Baltazar Sanz, otorga tierras a
la orden para “fundar estancias de la arboleda de cacao en el valle de poco.
Por la cantidad de treinta fanegadas de tierra(medidas de tierras) de montaña
que van desde poco hasta la Arenosa” como contrapartida por esta donación, los
jesuitas se establecerían en territorio Trujillano “para tratar las cosas de
servir a Dios” vale decir la “MISIÓN” que encerraba el concepto
fundamental de la acción de los jesuitas en América, de carácter socio cultural
y económico: adoctrinar a la nueva sociedad INDIGENA y esclava para
el servicio de Dios y de la causa del Rey a través del mecanismo clave.
En
la reunión del cabildo estuvieron Juan Vázquez de Coronado y Gonzalo Mejias,
Alcaldes Ordinarios, Gonzalo de Rocha y Rodrigo Azuaje, Regidores Perpetuo y el
Maese de Campo Francisco de Cornieles Briceño, el usufructuario por herencia
del Mayorazgo de Cornieles, sustituido del Alférez Real, y Paulo Brito,
procurador general. El Presbítero Baltasar Sanz, el peticionario de
tierras, era trujillano, brillante Latinista quien actúo como Vicerrector del
Colegio Francisco Javier de Mérida durante varios años, falleció en Mompox 1670
Según
el historiador José del Rey Fajardo en su libro “Virtud, Letra y Política en la
Mérida Colonial” Volumen I publicado por la Universidad Católica del
Táchira 1995.
0 comentarios:
Publicar un comentario